3 de febrero de 2012

COMO REY SIN CORONA
(Historias citadinas)
Lo vi a lo lejos, sorteando automóviles al cruzar. Viejo y demacrado, en su rostro el tiempo ha dejado su huella. Camina erguido y, con la mirada atenta, dirige el tránsito con un constante silbar. De pronto, se tambalea, esta por caer, hace malabares para mantener el equilibrio sobre el angosto camellón que tiene bajo sus pies, eleva sus brazos, se agitan, los coches pasan veloces a sus costado ...s, lo ignoran.

Su gorra cae al suelo, el la mira consternado, gira, camina hacia ella; los coches la revuelcan y alejan, pasan sobre ella. Él, abatido como un rey sin su corona, extiende el brazo sobre su cabeza, y con la palma abierta de su mano, detiene el tránsito, entre rechinidos de llantas al frenar e interminables bocinazos, se acerca y la toma entre sus manos, la sacude como tratando de revivir un esplendor de antaño… es inútil, vieja y descolorida esta partida en dos.
 
Sin ella se ha convertido en un hombre común parado en medio de este tráfico infernal…

Paso justo afuera de mi casa, mientras esperaba el rojo para cruzar...