Volamos al espacio exterior, sobre una corriente cósmica, guiados
por una criatura estelar… Flotamos sin rumbo fijo, en un universo
lejano. Pronto tu corazón y el mío dejarán de latir, morirán, ya no los
necesitamos más… Eternos y malditos, contemplamos la enormidad del
espacio exterior, rodeados por astros incandescentes, perseguidos por
recuerdos fatuos Recuerdos que clavan sus dientes, sus garras, su veneno
rasgando mi piel, haciendo brotar mi sangre, que flota y se pierde en
el vació…Recuerdos… trozos de una vida que se aferran a mí. Desisto, el
dolor es indescriptible. Me detengo en el camino para mudar de
piel…Dejar este estado físico, mutar en cuerpo y mente… fundirme con la
corriente cósmica que me trajo hasta aquí… fundirme y dejarme ir.
13 de septiembre de 2012
12 de julio de 2012
Paren el mundo que me quiero bajar (3)
Día 2
invisibilidad
De
niña, cuando jugabas a los “súper héroes”, siempre te hacían la misma pregunta:
—Si
pudieras tener un súper poder, ¿cuál te gustaría tener? —
A lo
que tú, con la ingenuidad conferida por la dulce infancia, siempre
respondías:
—invisibilidad—
¿Te das
cuenta que, de una u otra forma, la has obtenido?
Si, ¡ya
se! No es tal cual lo esperabas
pero… A los ojos de tus, ¿Cuántos eran?, 110 “amigos” te has convertido en alguien “invisible”.
Y es
qué si bien antes sabían, casi en
tiempo real, que estabas haciendo,
dónde y con quién; qué comías, bebías y evitabas; que corte de cabello traías, el
color y diseño de tus uñas, si usabas tenis o zapatos… momento ¡siempre usas
tenis! cuántos kilómetros habías corrido, pedaleado o caminado; en que
“proyecto” tenias pensado perder el tiempo, si hacías sellos, dibujos, pasteles y ¡corajes!, etc. ahora no tienen idea de N-A-D-A.
Cuando
mucho sabrán, o han de suponer que sigues viva , y eso por aquello de que las
malas noticias vuelan…
Hoy por
hoy, y al haberte “bajado del mundo” tu rango de visibilidad se limita a unos
cuantos metros, a unas cuantas
personas… Interesante ¿no?
Sin embargo
algo hace falta….
11 de julio de 2012
Día 1 Reacciones
En la actualidad es muy común, y en ocasiones forzoso, pertenecer a una o más redes sociales. Ya sea por gusto, trabajo y/o educación; pertenecer a Twitter, Facebook, Hi5 (si es que aún existe), Pinterest, MySpace, etc. Es parte del cotidiano existir.
Según los que “saben” las redes sociales son definidas como “estructuras sociales compuestas de grupos de personas, las cuales están conectadas por uno o varios tipos de relaciones, tales como amistad, parentesco, intereses comunes o que comparten conocimientos. Para otros, en cambio, no son más que chismográfos, lavaderos, una perdida de tiempo e intelecto, en fin.
Así pues y contrario a lo que esperabas sentir al "bajarte del mundo" (angustia, desaparición, intranquilidad, abandono, etc) una sensación extraña te invade… ¿será alivio? O será que la demencia por fin ha dominado tu mente.
Conforme transcurre el día recibes mensajes de texto, correos y una que otra llamada telefónica de amigos e interesados en tu persona… o simples metiches a los que, de golpe y sin avisar, les cerraste la ventana en la cara; todos ellos "intrigados" por tu repentina desaparición.
Aunque también hay que reconocer que hay algunos que ni cuenta se han dado.
¿Por qué me borraste de tu lista de amigos? ¿Cómo que ya no tienes Facebook? ¿Por qué abandonaste Twitter? ¿También Pinterest? ¿Y el Messenger por qué? ¿Estas bien? ¿Y como te vamos a localizar ahora?¿qué diablos te pasa? ¡Ay no mames, eso que! Fueron algunas de las frases y preguntas que leíste, escuchaste y, en algunos casos, respondiste atentamente desde que, según tú, “te bajaste del mundo”
Al conlcuir el día ni triste ni feliz piensas que lo has superado...
Pero en el fondo la duda te invade…
¿Es posible vivir, hoy en día, sin pertenecer a las redes sociales? ¿De que forma reemplazarás el vínculo que has roto con amigos y familiares? ¿Regresaras al mundo de las cavernas? ¿Te convertirás en un ermitaño? ¿Te olvidarán quienes están lejos? ¿Afectara tu desarrollo laboral?
…
En la actualidad es muy común, y en ocasiones forzoso, pertenecer a una o más redes sociales. Ya sea por gusto, trabajo y/o educación; pertenecer a Twitter, Facebook, Hi5 (si es que aún existe), Pinterest, MySpace, etc. Es parte del cotidiano existir.
Según los que “saben” las redes sociales son definidas como “estructuras sociales compuestas de grupos de personas, las cuales están conectadas por uno o varios tipos de relaciones, tales como amistad, parentesco, intereses comunes o que comparten conocimientos. Para otros, en cambio, no son más que chismográfos, lavaderos, una perdida de tiempo e intelecto, en fin.
Así pues y contrario a lo que esperabas sentir al "bajarte del mundo" (angustia, desaparición, intranquilidad, abandono, etc) una sensación extraña te invade… ¿será alivio? O será que la demencia por fin ha dominado tu mente.
Conforme transcurre el día recibes mensajes de texto, correos y una que otra llamada telefónica de amigos e interesados en tu persona… o simples metiches a los que, de golpe y sin avisar, les cerraste la ventana en la cara; todos ellos "intrigados" por tu repentina desaparición.
Aunque también hay que reconocer que hay algunos que ni cuenta se han dado.
¿Por qué me borraste de tu lista de amigos? ¿Cómo que ya no tienes Facebook? ¿Por qué abandonaste Twitter? ¿También Pinterest? ¿Y el Messenger por qué? ¿Estas bien? ¿Y como te vamos a localizar ahora?¿qué diablos te pasa? ¡Ay no mames, eso que! Fueron algunas de las frases y preguntas que leíste, escuchaste y, en algunos casos, respondiste atentamente desde que, según tú, “te bajaste del mundo”
Al conlcuir el día ni triste ni feliz piensas que lo has superado...
Pero en el fondo la duda te invade…
¿Es posible vivir, hoy en día, sin pertenecer a las redes sociales? ¿De que forma reemplazarás el vínculo que has roto con amigos y familiares? ¿Regresaras al mundo de las cavernas? ¿Te convertirás en un ermitaño? ¿Te olvidarán quienes están lejos? ¿Afectara tu desarrollo laboral?
…
Etiquetas:
desarrollo,
facebook,
MySpace,
Pinterest,
Redes sociales,
twitter
10 de julio de 2012
¡Paren el mundo que me quiero bajar!
¿Cuántas
veces en tu vida has deseado simplemente
desaparecer, meter freno, detener el tiempo, gritar: ¡Paren el mundo que
me quiero bajar!
Día cero / Parar el mundo
Que el
mundo siga ¡yo aquí me bajo! Piensas
y te repites con insistencia.
Prendes
el ordenador y, sin distracción alguna, ingresas a tus redes sociales. Facebook es primero.
Al entrar miras tu
página con recelo y revisas, como casa vieja en plena mudanza, una a una las
habitaciones que la conforman. Álbum
por álbum vas recordando momentos, risas, personas, sorpresas, alegrías, tristezas y al hacerlo te invade la duda ¿y si mejor no lo hago?... ¡Ni madres! antes de que ésta te
ablande y te entre el arrepentimiento entras a configuración de la cuenta/seguridad/ desactivar cuenta y ¡oh
sorpresa! no es suficiente con que
tu mismo te cuestiones esta decisión…¡el sistema también lo hace! –¿Seguro que quieres desactivar tu cuenta?– ¡y encima usa el
chantaje! –Tus n número de amigos ya no
podrán mantenerse en contacto contigo– poquito le falta para usar un fondo
musical plagado de violines y no conforme con poner en duda tu determinación,
exige una respuesta al por qué de tu decisión –Motivo por el que quieres desactivar tu cuenta– a lo que
responderías, si se pudiera y no fuera más complicado llenar el campo de “otro”, ¡Qué te importa! o bien ¡Te vale madre!... Pero te conformas con elegir una de las
opciones que el sistema te facilita: Paso
demasiado tiempo usando Facebook
y le das confirmar.
Lo anterior lo repites con todas y cada una de las redes sociales a las que pertenecías y al terminar piensas ¡Listo me he bajado del mundo!… Por
lo menos del mundo virtual en el cuál, oficialmente has dejado de existir…
¿Qué pasará después?
¿Qué pasará después?
3 de febrero de 2012
COMO REY SIN CORONA
(Historias citadinas)
Lo
vi a lo lejos, sorteando automóviles al cruzar. Viejo y demacrado, en
su rostro el tiempo ha dejado su huella. Camina erguido y, con la mirada
atenta, dirige el tránsito con un constante silbar. De pronto, se
tambalea, esta por caer, hace malabares para mantener el equilibrio
sobre el angosto camellón que tiene bajo sus pies, eleva sus brazos, se
agitan, los coches pasan veloces a sus costado ...s, lo ignoran.
Su gorra cae al suelo, el la mira consternado, gira, camina hacia ella; los coches la revuelcan y alejan, pasan sobre ella. Él, abatido como un rey sin su corona, extiende el brazo sobre su cabeza, y con la palma abierta de su mano, detiene el tránsito, entre rechinidos de llantas al frenar e interminables bocinazos, se acerca y la toma entre sus manos, la sacude como tratando de revivir un esplendor de antaño… es inútil, vieja y descolorida esta partida en dos.
Sin ella se ha convertido en un hombre común parado en medio de este tráfico infernal…
Paso justo afuera de mi casa, mientras esperaba el rojo para cruzar...
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